La Plaza Armas —anteriormente conocida como Plaza Mayor— en las ciudades hispanoamericanas fue el elemento matriz, donde se articula una nueva población, siendo a la vez foco generador y polo de desarrollo. Es el punto de partida de la erección de una ciudad, lugar central y punto de convergencia, cuyas características condicionan el aspecto de la maya urbana (J. Aguilera Rojas 1994:74).

Desde la fundación de la villa de Trujillo a finales de 1534 por Diego de Almagro cerca de la ciudad de Chan-Chan, se trazó las cuadrículas tomando como referencia de origen a la Plaza, siendo el teniente Martín de Estete el artífice del primer plano urbano. Alrededor de la plaza se establecieron los solares de los conquistadores con mayor rango en la empresa, incluso Francisco Pizarro se reservó una en la actual Casa de Gobierno (ex Prefectura). Dado que la plaza debía concentrar a las principales instituciones, mientras que se reservó parte del solar de Diego de Vega para erigir la iglesia matriz, no se definió un espacio para el cabildo, sino que éste funcionó en casas privadas de los alcaldes hasta 1551, pero es recién en 1567 que dicho local se reservó frente a la plaza (parte del solar de Pizarro).

Fuente: J. Zevallos Quiñones (1996) / M. Vega Cárdenas (2008).

Espacio de sociabilidad y castigo

En la época virreinal era conocida como “Plaza Mayor” o “Plaza Pública” y fue un terreno plano con poca vegetación que reunía a la gente para cinco tipos de eventos: civiles, religiosos, lúdicos, punitivos y económicos. Las actividades civiles más importantes fueron alusivas a las de mantener la fidelidad al rey, como fue desde temprano la procesión de la bandera española, símbolo del rechazo al movimiento de Gonzalo Pizarro, y, a finales del virreinato, la celebración de la Constitución liberal de 1812. El clero celebraba las procesiones del Corpus Cristi y de los santos protectores, como el de San Valentín (patrón de la ciudad tras el terremoto de 1619), así como la peregrinación de la Virgen Candelaria del Socorro de Huanchaco cada 5 años. De las actividades lúdicas, la más aclamada por el público fue el de la corrida de toros a campo abierto. La plaza también tuvo un escenario fúnebre, debido a que fue un emplazamiento donde se ejecutaba la pena de muerte, ya sea por ahorcamiento en caso de atentados contra la vida o el Estado o por incineración en caso de herejía, siendo contemplado por un auditorio improvisado. Cotidianamente se reunía los comerciantes para vender sus productos o intercambiar bienes, así como la instalación periódica de ferias que ofrecían las novedades y rarezas traídas de otros lugares.

En la independencia de Trujillo, el 29 de diciembre de 1820, desde las 2 de la tarde el pueblo se reunió en la Plaza Mayor para celebrar la autonomía del gobierno hispano. La bandera española fue reemplazada por el flamante pabellón nacional, a la vez que una salva de artillería saludaba a la Patria. Asimismo, las campanas de las 13 iglesias de la ciudad congratularon el advenimiento de la libertad.

Plaza Mayor de Trujillo en 1839. Grabado de Léonce Angrand.
Plaza Mayor de Trujillo en 1871. Colección Pinillos Ashton.

La fuente de agua

Desde la década de 1560 hubo intentos del cabildo para que se pusiera una pila en la plaza mayor «para que bebiesen los vecinos y moradores», pero para ello tenían que desviar el agua de la acequia prehispánica de Moro para abastecer a dicha fuente. Según los encargados de tal proyecto «costará traer la dicha agua, tres mil y setecientos, en que esté puesta; y más cada año doscientos pesos el reparo de ella». Por la escasez de fondos y de personal calificado para su construcción se postergó por casi tres siglos, con varios intentos fallidos.

A principios de la época republicana, ante el clamor del pueblo bajo que deseaba abastecerse de agua limpia porque los aguateros no querían bajar a sus barrios, el arcediano de la catedral, Dr. Pedro Madalengoytia Sanz de Zárate, mando fabricar una pila de mármol en su hacienda y obraje de Santa Cruz de Carabamba y, trasladándola en recuas de mula por la cuesta de Taypal hasta la ciudad de Trujillo, la ofreció en donación para la plaza mayor en 1841.

En 1862 se construyó una cañería de fierro que conducía el agua del Estanque (en la Plazuela “El Recreo”) por el “Progreso” (Jr. Pizarro) hasta la fuente de la Plaza Mayor y cuatro años más tarde se desvió de la tubería principal ductos para el servicio de agua potable a domicilio en las casas cercanas. En 1687 la pila fue iluminada con ocho pescantes con sus respectivos faroles, instalándose una verja de fierro para protegerla (Vega Cárdenas 1991: 174).

Pila pública donada por P. Madalengoytia en la Plaza de Armas, cerca de 1900. Postal de Juan F. del Campo.

El monumento de la Libertad

Al aproximarse el centenario de la independencia nacional, el congresista Enrique Marquina consiguió una ley que autorizó la construcción de un monumento que perpetúe la gesta libertaria de Trujillo, instituyéndole una comisión encargada. La Comisión del Centenario de la Libertad de Trujillo convocó en 1920 y 1921 a un concurso para construir el monumento de La Libertad en la Plaza de Armas. El concurso logró captar el interés de varios artistas europeos, puesto que, de las 104 maquetas recibidas por la comisión, la gran mayoría era procedente de Alemania, Bélgica, Inglaterra e Italia. Definitivamente, el jurado, dirigido por Eleazar Boloña y Carlos Uceda, escogió el boceto del alemán Edmund Möeller, adjudicándole el premio de 1000 libras acordado, por plasmar en su obra el espíritu de la dignidad humana.

La fuente de agua donada por Pedro Madalengoytia fue removida, que luego fue a parar a la plazuela “El Recreo”, colocándose en su lugar la primera piedra del conjunto escultórico el 10 de mayo de 1925. Este monumento fue construido en Alemania por Möeller y traído por partes en barco al puerto de Salaverry; luego fue transferida a la Plaza de Armas para ser armada bajo la dirección de Enrique Albrecht y Juan Ricci. Temporalmente el propio escultor vino a constatar los detalles de la obra. Finalmente, el monumento que había costado cerca de 250 mil soles, se inauguró el 4 de julio de 1929, bajo la prefectura de Tomas Lama, siendo padrinos el presidente de la república Augusto B. Leguía Salcedo y su hija Carmen Rosa Leguía Swayne.

Vista panorámica de la Plaza de Armas de Trujillo
Vista panorámica de la Plaza de Armas de Trujillo

El monumento está construido en mármol y granito y consta de tres cuerpos:

Primer cuerpo: Constituido por las 4 estatuas que representan:

  • El comercio: Un hombre sentado, cuyo brazo izquierdo sostiene una rueda dentada.
  • La belleza y la abundancia: Una mujer que sostiene en la mano izquierda  joyas y en la mano derecha, frutas.
  • La cultura: Un longevo hombre en actitud pensante, que instruye a un niño que sostiene un libro abierto.
  • La salud: Un campesino cuyos brazos sostienen una gravilla de trigo, un carnero y, al costado, un niño.

Segundo cuerpo: Conformado por tres estatuas y tres placas:

Estatuas:

  • La opresión o la esclavitud: Representado por un hombre que jadea con la cabeza inclinada y una mano en el cuello.
  • La acción: Alegorizado por un hombre que intenta manumitirse.
  • La liberación: Caracterizado por un hombre con los brazos levantados y empuñados.
  • Placas:
  • Proclamación de la Independencia de Trujillo por José Bernardo de Torre Tagle, 29 de diciembre de 1820.
  • La batalla de Junín, 6 de agosto de 1824.
  • La batalla de Ayacucho, 9 de diciembre de 1824.

Tercer cuerpo: Se erige una columna con un joven (el ángel) parado sobre el globo terráqueo, lleva puesto una capa y sostiene una antorcha. Simboliza la Juventud y la Libertad.

Cita del artículo:

Chávez Marquina, Juan Carlos (2018). "Plaza Mayor de la ciudad de Trujillo" en BICENTENARIO DE TRUJILLO PERÚ, 15 abril 2018, disponible en: https://trujillobicentenario.org/2995/plaza-mayor-de-la-ciudad-de-trujillo.

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